CARMEN

Como no podía ser de otra forma este post va dedicado a "missangría", fan número uno de este film de VICENTE ARANDA y mi acompañante el día de la sesión cinéfila con tos incorporada.
Salimos del cine encantadas con la película, que disgustó bastante a una gran parte del personal que ocupaba la sala aquella tarde, la mayoría adolescentes atraídos por los encantos de PAZ VEGA y decepcionados por tratarse de una película con diálogos y argumento.
Lo mejor de la historia es su dimensión épica, el mostrar, desde la perspectiva de un narrador, Próspero Merimée, el bandolerismo y la leyenda de la mujer hechicera, libre, bella y seductora, objeto de la perdición de José.
Carmen no es la más bella entre las bellas, pero sabe como utilizar sus puntos fuertes, pícara e intrépida se busca la vida por las calles, levantando amores y odios por igual.
Cuando conoce a José, el inocente militar, sabe como conquistarle, como hacer que caiga rendido a sus pies, sólo con unas penetrantes miradas y unos susurros lascivos al oído, le convierte irremediablemente en su esclavo, pero esa misma entrega incondicional que arrastrará a nuestro galán a convertirse en un fugitivo de la justícia, en un bandolero, acabará por ahogar a Carmen, un ser que necesita moverse libremente, una mujer que no se contenta con un solo hombre.
Carmen es mucha hembra para un solo hombre y esta realidad llevará a José a la desesperación más absoluta.
Trágica, desgarradora, con toda la fuerza pasional a la que nos tiene acostumbrados Vicente Aranda en su filmografía, no es esta producción una excepción; el ambiente, el vestuario, la luz del Sur y la música nos transportan totalmente a la época; vibramos con esta historia de amor extremo que nos atrapó sin remedio.