VICTIMA DE LA TOS

Uno de los bochornos más inmensos es que te coja un ataque de tos en el cine, la oscuridad de la sala, el calorcito y de repente el cosquilleo en la garganta, imparable, ésa tos que no cesa, tener que levantarse e ir al baño a toser a gusto durante unos minutos que se hacen eternos, no ver el momento de volver a entrar en la sala de proyección, finalmente decidirse a regresar sigilosamente con el corazón en un puño por si da otro ataque, al final éste llega de puros nervios, convirtiendo el placer de ir al cine en un tremendo suplicio, acompañado de sudoración y coloración rojiza en la cara.
Yo por si acaso siempre llevo mi cajita de pastillas "Juanola" en el bolso y al menor síntoma de tos, procuro ponerme un buen puñado en la boca, algunas veces consigue tranquilizarme y calmar un incipiente ataque, otras es inevitable el estruendo, también procuro sentarme cerca de los lavabos para salir disparada en caso de extrema necesidad, una que se va conociendo todos los trucos, aún así hay películas que quedarán ligadas a un ataque de tos para siempre, tal es el caso de CARMEN de Vicente Aranda en la que me sobrevino la tos justo en la primera y anhelada escena tórrida, el cine envuelto en ésa tensión callada que provocan las escenas eróticas y yo con mi ruido impertinente y mi atropellada huída al lavabo.
Invierno, resfriado y cine forman una mala combinación, en eso estamos...

Por cierto, el título del post está sacado de un grupo de rock que hace años tocó en un festival callejero, se hacían llamar VICTIMAS DE LA TOS.