UN MAR DE LAGRIMAS

A veces apetece una buena llorona, es un placer solitario frente al televisor, preparar los paquetes de pañuelos de papel, asegurarse de que nadie me molestará...
Dos clásicos lacrimógenos: LO QUE EL VIENTO SE LLEVO, por tradición familiar, mi abuela era súper fan; la banda sonora en éstos casos arranca las lágrimas desde las primeras notas, son tantas las veces que he visto estos films que me anticipo a las escenas más emotivas, el otro título, LA PLAZA DEL DIAMANTE, la adaptación cinematográfica de la novela de Mercè Rodoreda mi escritora predilecta, es tanta la tristeza que transmite Silvia Munt, incluso en los momentos felices no abandona ése aire melancólico, ése sufrimiento vital, además el ambiente aquí es muy cercano, sobretodo por las historias contadas por las abuelas que vivieron la guerra civil, es fácil identificarse con "la Colometa", con sus miedos y ansiedades aún sin haber vivido en primera persona el conflicto bélico y la post-guerra.
La última gran incorporación a mis solitarias sesiones es MALENA con Mónica Bellucci, en éste film, una vez más, la música maravillosa del gran genio Ennio Morricone, arranca un mar de lágrimas en su parte más nostálgica, la película dirigida por Giuseppe Tornatore mezcla magistralmente momentos cómicos en la más pura tradición italiana con la languidez y tristeza que representa una espléndida Mónica Bellucci y un argumento que poco a poco va directo a la tragedia al mismo tiempo que los acontecimientos históricos se precipitan, aquí una vez más nos encontramos con un ambiente bélico, la segunda guerra mundial y su correspondiente post-guerra.
La primera vez que vi MALENA quedé paralizada en la escena de humillación pública y ya no pude parar de llorar hasta el final de los títulos de crédito, en ése momento se percibe todo el talento interpretativo de Bellucci, una grandiosa actriz.